Llegamos con tiempo suficiente a la estacion de trenes, mientras esperabamos tomamos nuestra primera bolsa de patatas de este viaje, una Lays al punto de sal, ricas ricas!
El trayecto se hizo muy ameno, aunque solo nos dieron el desayuno, pero probamos el mejor mantecao del mundo. Conocimos a varios indios, que al poder cargar el movil en el mismo vagon nos pidieron nuestro cargador.
En Jaipur no fue menos el agobio de decenas de conductores ofreciendo sus servicios y acosandonos sin apenas poder respirar, casi sin poder consultar el mapa y dirigirnos a nuestro destino. En esta misma situacion se encontraban algunos otros turistas, entre ellos estaba Manuel, un aleman de la ciudad de Nuremberg que viajaba solo y con el quel nos unimos para salir de esa atmosfera de kaos.
Buscamos hotel durante unos largo tiempo y como ninguno fue de nuestro agrado, ya fuese por el precio o por las condiciones, nos dirigimos al modesto hotel en el que nos alojamos dos anyos atras, Hotel Blue King.
A la hora de la cena, junto a nuestro nuevo companyero de viaje, fuimos a un restaurante que nos habian recomendado. Era algo asi como un McDonalds a la India, todo vegetariano y muy muy diferente de lo que se suele encontrar por estos lares. Era curioso ver a las familias a medio camino hacia la occidentalizacion disfrutando de la celebracion de un cumpleanos mientras el agua que se servia en la comida era agua del mismo grifo del restaurante.
Despues de la cena y cargados de dulces, los tres volvimos al hotel y subimos al tejado para disfrutar del licor que nuestro buen amigo Amol Kumar nos habia regalado dias atras. La bebida resulto ser realmente fuerte y no hubo mas remedio que "degustarla" mezclandola un poco con fanta de naranja.
A la manyana siguiente fuimos en busca de unos de nuestros objetivos en Jaipur, recibir un buen masaje ayurvedico en un centro profesional. El resultado fueron casi 2 horas de relajacion en manos de profesionales de Kerala que nos dejaron listos para salir a pasear y recorrer muchos de los rincones mas escondidos de la ciudad de Jaipur.
Despues del largo paseo cenamos en el restaurante de un hotel lleno de turistas japoneses, australianos, americanos, etc. que si no fuese por el claxon de los tuk-tuks pareciera que estabamos en Lloret de Mar,
... y con prisas y el tiempo justo corrimos a la estacion de trenes para tomar nuestro ultimo tren en la India con destino...
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